El nieto
Plaza Constitución, Agosto del 2017
La rutina es devastadora. Caminar 20 cuadras, el colectivo y después vos. Roca querido. Me acuerdo cuando con mi abuelo íbamos juntos hasta La Plata a cobrar la jubilación, qué felices qué eramos. Caminábamos hasta la estación de City Bell, nos contábamos todo, fueron días soleados aquellos. Hoy te veo así todo desdibujado, caído, en espera perpetua. No entiendo que te pasó ¡Eramos tan jóvenes los dos! “Roca querido”. Como te extraño.
Y miralo a él, a Joaquín, está tan igual a mí en aquellos años. Qué felices que fuimos mi viejo amigo. Hoy estoy acá, solo, esperando por llegar. Hoy estoy tan podrido. Mirá cómo te dejaron bendito tren ¿Qué hicimos de mal para no cuidarte así? Pobre pibe Joaquín, no sabe nada de lo que pasó. Quizás ni siquiera haya existido cuando los dos brillábamos como él. Te extraño viejo amigo ¿Qué sabrá él de nuestra relación? Ya no le importa: “ni siquiera me saludo”. Allá va solo con su rutina, a metros mio, a años luz de vos y yo.
Y miralo a él, a Joaquín, está tan igual a mí en aquellos años. Qué felices que fuimos mi viejo amigo. Hoy estoy acá, solo, esperando por llegar. Hoy estoy tan podrido. Mirá cómo te dejaron bendito tren ¿Qué hicimos de mal para no cuidarte así? Pobre pibe Joaquín, no sabe nada de lo que pasó. Quizás ni siquiera haya existido cuando los dos brillábamos como él. Te extraño viejo amigo ¿Qué sabrá él de nuestra relación? Ya no le importa: “ni siquiera me saludo”. Allá va solo con su rutina, a metros mio, a años luz de vos y yo.
Por Leandro Sciutto